Los cambios de temperatura son una prueba para los pavimentos cerámicos sometidos a las inclemencias del tiempo. Y si algo pone a prueba la resistencia de un suelo son las heladas. Los pequeños cristales que se forman en la superficie pueden erosionar la pieza, pero también pueden ser un peligro para su uso.
Cuando se va a colocar un pavimento para exterior hay que tener en cuenta que este debe presentar una serie de características de resistencia y dureza. Además de estas características técnicas hay que tener en cuenta otros factores relacionados con el entorno en el que se va a usar. La presencia de abrasivos como gravillas o arenas cerca, por ejemplo, exige suelos más resistentes a la fricción causada por estos elementos. También la intensidad de uso supone un factor importante. No es lo mismo un uso esporádico que el uso intensivo de un negocio.
Para diferenciar los materiales se ha establecido una serie de clases que van de la 1 a la 5. Así, la clase 1 sería para pavimentos sometidos a tráfico ligero, la clase 3 para tráfico medio y la case 5 a tráfico muy intenso. Entre ellos se establecerían valores medios.
Por todo ello, es importante conocer la capacidad de cada modelo. Las características vienen definidas en los estándares de calidad que se aplican en la fabricación de estos materiales, a través de los métodos de ensayo.
Estos métodos hacen referencia a diferentes aspectos de resistencia ante abrasión, flexión, choque térmico, cuarteo, resistencia química y resistencia al hielo. En función del uso y ubicación debemos tenerlos en cuenta. En cualquier caso y especialmente en zonas geográficas expuestas a heladas resulta imprescindible elegir materiales antihielo. También es importante que en el caso de materiales de exterior se elijan antideslizantes.
Materiales de agarre
El pavimento exterior debe ser instalado por un profesional especializado. Ya que el conocimiento en las técnicas de colocación, así como de las colas de agarre más adecuadas y de los aditivos necesarios, son fundamentales. Por ejemplo, la colocación de pavimentos en zonas exteriores en invierno implica el uso de antihielos en la cola. Si no son utilizadas puede que pasado un tiempo las piezas se despeguen y rompan, por la formación de cristales durante el proceso de secado y maduración de las colas.